Principales propiedades de la silicona
nov 132015
Los distintos usos que le damos a la silicona son tan comunes y amplios que si este material desapareciera o no se hubiese creado, nuestro día a día sería muy diferente.
La primera vez que se sintetizó la silicona fue en 1938 y, para ello, se logró unir átomos de silicio y oxígeno componiendo una molécula organosilícica con unas propiedades especiales para multitud de usos.
El primero de ellos es que, pese a no ser un material rígido, la silicona resiste muy bien la humedad, el deterioro por radiación, la corrosión y temperaturas extremas: frías de hasta -60º, y calientes logrando no descomponerse hasta los 250º. Esto favorece su uso en todo tipo de ambientes por muy adversos que sean.
Otras de sus propiedades es la mecánica. Por un lado, su flexibilidad le permite sufrir una elongación de alrededor del 400%; esto significa que puede cuatriplicar su tamaño sin romperse. Por otro, esa flexibilidad no está reñida con la resistencia y soporta hasta 70 kg por cm2 de tracción, lo cual convierte también a la silicona en un material muy atractivo para su aplicación en herramientas y maquinaria.
A esta resistencia hay que añadirle su gran capacidad adhesiva tanto para unir cuerpos sólidos fabricados en distintos materiales como su propia adhesión a cualquier tipo de superficies. Todos sabemos lo socorrida que es la silicona para trabajos de albañilería, diseño de interiores, reformas, etc.
A todo esto, no hay que olvidar que la silicona es biocompatible. Al poder ser esterilizada completamente con óxido de etileno, puede ser utilizada como prótesis orgánica. Ejemplos de ello son los implantes vasculares o los de mama. Además, al no ser un material contaminante por corrosión, exposición o tacto y no permitir el desarrollo de bacterias, también se utiliza para la fabricación de artículos de tipo sanitario o para uso alimenticio.
Otras propiedades de interés son su larga vida, ser aislante eléctrico, resistir a la oxidación y químicos y poder permanecer en estado semi-líquido si no entra en contacto con el aire, como ocurre con las pistolas de silicona. Si se mantienen correctamente cerradas, este material permanece en forma maleable para poder ser aplicada con toda normalidad sobre cualquier tipo de superficie y mantener sus propiedades intactas.
Como se puede ver, progreso y silicona han caminado de la mano y el número de sus aplicaciones son incontables.